A raiz de la película de Amenabar, Hipatia, me entraron muchas ganas de ir a conocer personalmente ese lugar tan antiguo y con tanta historia como es Alejandría. Es un viaje un poquillo largo y pesado, pero yendo con tiempo y dejando de lado el reloj puedo decir que siempre vale la pena. La Alejandría actual es una ciudad portuaria con un importante comercio, sufiendo día a día un puro caos automovilístico, llena tiendas, cafetines y un jaleo infernal. Trístemente vive sumida en un puritanismo religioso bastante anacrónico. Cuando tratas con alguien de cierto nivel, siempre rememoran lo que esa ciudad ,sueño de Alejandro Magno, debió ser en la antiguedad, llena de palacios, monumentos y con la biblioteca más importante del mundo. Se han podido hasta el momento recurar más de 500 piezas de esa Alejandría gloriosa y antigua que desafortunadamente desapareció hundida en el mar junto con sus ideas e ideales evolucionados y avanzados de la humanidad.

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