La ley fundamental del peregrino es "buscarás y seguirás las flechas amarillas". ¿Qué pasa si no las sigues? Pues que puedes aparecer en cualquier otro sitio.

Tras haber dormido con la tienda de campaña en el techo del Camino, la Cruz de Hierro, la etapa consistía en descender 1000 metros a lo largo de 20 km hasta Molinaseca. Un descenso arduo, a veces por asfalto pero la mayor parte del tiempo por senderos pedregosos y empinados. Ideal para mi tendinitis.

El caso es que en un punto determinado el Camino cruzaba la carretera, y al otro lado continuaba paralelo a otra senda de mayor anchura. Ahí me confundí, tiré por la senda amplia, pensando que ésa era la buena, y continué andando un buen rato. Cuando por segunda vez vi que la senda se volvía ascendente, y que por el tiempo transcurrido ya debería haber empezado a ver signos de civilización, comencé a considerar la posibilidad de estar perdido. Y lo estaba.

Resulta que en esa zona hay muchas rutas de senderismo y curiosamente la senda amplia no era el Camino sino una ruta al monte. Genial; cambio de planes: hoy, en vez de hacer el Camino de Santiago, vamos a hacer un poquito de senderismo por los Montes de León. Haciendo gala de los conocimientos que he adquirido a lo largo de años de adiestramiento avanzado en supervivencia, puse las manos a modo de bocina delante de la boca y grité ¡Socorrooooo! Pero como Socorro estaba ocupada no me oyó.

Como tenía agua, víveres, proyección solar y papel higiénico (es decir, repuesta para todas las eventualidades), decidí ser práctico y mantener la calma. Localicé un tendido eléctrico cercano, trepé a la colina sobre la que estaba emplazado y pude otear el entorno. El pueblo estaba ahí mismito, a unos 3 km en horizontal y 100 m en vertical. Sólo que no había ningún sendero por aquel lado. Ya sabiendo hacia dónde tirar, desandé la colina por una posta forestal, busqué una torrentera que bajara en la dirección adecuada y voilà: le chemin de Saint Jacques, con sus flechas y un par de peregrinos (a modo de confirmación) apareció poco después. Chiquito, humilde, pero en la dirección correcta. Moraleja: no pensar que, porque sea más grande, es mejor ;)

Publicado hace 13 años en Camino de Santiago > Camino de Santiago andando