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Crear una experiencia
Cuando te enteras de que vas a ir a vivir durante un tiempo a otro país (en mi caso a disfrutar de una beca Erasmus a Glasgow) lo primero que piensas es: uffff voy a viajar una barbaridad. Lo que pasa es que cuando llegas empiezas a acomodarte, adaptarte a tu nueva vida y a ir posponiendo viajes y visitas con la excusa de que te queda mucho tiempo y vas a poder hacerlo todo. Hasta que llega el último mes y sacas de nuevo la lista, ya llena de polvo, que hiciste junto con tus maletas antes de mudarte y te apresuras a intentar cumplir con todos los objetivos.
Con lo que no contaba yo es con que en Reino Unido, y especialmente en Glasgow por las latitudes en las que está, los días son mucho menos aprovechables a medida que se acerca el invierno. El sol se pone antes de las cuatro y todas las tiendas, establecimientos, museos y monumentos se adaptan a esta circunstancia, y muchas veces adaptan sus ya rígidos horarios (de nueve a cinco, ni un minuto más ni un minuto menos) a las nuevas condiciones lumínicas, adelantando en muchos casos la hora de cierre a partir de noviembre (e incluso cancelando servicios de transporte los meses de invierno).
Estas dos circunstancias se unieron cuando quise ir a Stirling a visitar el monumento a William Wallace. Los autobuses tenían una frecuencia bajísima y, para cuando llegué, era de noche y el monumento había cerrado sus puertas. Eso sí, conseguí unas fotos muy bonitas del monumento iluminado en esa típica noche escocesa de nubes y lluvia.
08/02/2012 22:00:45
Publicado hace 13 años en Viajar por Europa > Reino Unido y Londres