.Mi hermano y yo, junto con mis padres, hiciemos una de esas excursiones diarias a Tánger. Salimos desde Málaga y llegamos al puerto de Algeciras, donde embarcamos en uno de los ferries. En autobús nos llevaron por todas las calles de la ciudad haciendo un recorrido por los monumentos y edificios más significativos. Al mediodía nos llevaron a un típico restaurante donde nos sirvieron couscous y té. A continuación paseamos por el laberinto que forman las callejuelas estrechas. Y aunque me gustó mucho la arquitectura y decoración de las fachadas de las casas, el olor a especias, salí superagobiada de los mercaderes que te abasallan para que entres en sus tiendas de souvenirs. Llegué al punto de tener que salir corriendo hasta el hotel, para mi fue insufrible. No creo que vuelva.

Publicado hace 13 años en Viajes en general > Viajes organizados