Una vez nos alojamos en el hotel el viernes por la tarde cuando llegamos fuimos a dar una vuelta por el casco antiguo, que pechá de andar, cuando vimos las empinadas callejuelas peatonales y unas escaleras que te adentraba al centro, son un laberinto en el que nos perdimos, jejej, eso sí cuando pudimos salir de allí, íbamos cargados de bolsas de compras que habíamos hecho. Paseamos por la Via Nassa, más conocida como la calle de las tiendas de lujo, allí no compramos nada, jajja.
Se come de maravilla, es caro, pero bueno. Como ciudad es una maravilla está situado entre dos montes cubiertos totalmente de bosques, además el lago está justo enfrente del lugar por lo que la estampa es maravillosa. Al día siguiente, o sea, sábado, dimos un paseo por el parque municipal hasta el paradiso donde disfrutamos de la bella naturaleza y unas vistas infinitas. Por la noche fuimos la piazza della reforma, como la llaman ellos, coincidiendo con el festival de de Jazz, un ambientanzo muy bueno, todas las cafeterías estaba llenas de gente y nos lo pasamos muy requetebién. El domingo a comer en un lugar encantador, y de vuelta a casita.

Publicado hace 13 años en Viajar por Europa > Europa Central